martes, 30 de octubre de 2012

Querido diario


Querido diario…

Sé que hace mucho tiempo que no comparto nada contigo, pero es que hoy dista mucho de ser el mejor de mis días. Sabía que habría momentos como este… No, de hecho jamás contemplé este escenario como una opción. Sé que todas las parejas tienen sus problemas, pero la verdad es que no pensé que un día me habría de sentir tan confundida. El caso es que parece que  esta vez sí tendré que aceptar que la relación con mi marido ya no da para más, y negar la realidad sólo terminará por complicar las cosas.

Ya antes habíamos tenido nuestras discusiones; algunas tan acaloradas que entre gritos y descalificaciones, el tema de la separación nunca tardaba mucho en aparecer. Pero nuestro amor siempre demostró ser más fuerte, por lo que la mayoría de nuestras diferencias terminaban reconciliándose en el colchón. Pero algo me dice que esta vez no habrá regreso, y quizás sea lo mejor, porque la vida a su lado es imposible.

Me siento devastada; él era mi mundo, pero me imagino que eso es lo que me saco por depositar “tanto” en una sola persona. No es que no se lo mereciera, de hecho él era tan mío como yo suya, Pero tal vez hicimos mal en perder la individualidad cuando decidimos ser una pareja, o como solíamos decir: “dos contra el mundo”. 

La mezquindad nunca fue un factor entre nosotros; desde nuestras pláticas, caricias y besos, hasta nuestros juegos de amor, él sabía que yo era su cáliz, y su pasión mi vino. Pero así es la vida, aunque nunca pensé que lo que había entre los dos fuera a terminar de esta manera. 

Confío en que algún día podré superar todo lo que pasó entre nosotros. No recordaré los momentos mágicos que viví a su lado, ni la pesadilla que sucedió hoy. Tal vez hasta un día olvidaré su mirada, su voz, su tacto, sus labios, en fin, quizás ni recuerde haberlo conocido. Su nombre no significará nada, y su existencia sólo será una laguna vacía en mi memoria. 

Ahora lo veo imposible, pero quizás un día hasta consiga olvidar dónde escondí la pistola, o el lugar dónde enterré su cadáver. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario