En el fondo
espero que todo haya sido un mal entendido, un error, un accidente, una
pesadilla. Pero en la superficie aún tiemblo, como un estanque al que han
arrojado una piedrecilla, con el único propósito de generar ondas.
Todo se confunde y difumina; no
alcanzo a comprender qué fue lo qué pasó, ni cómo es que todo terminó de esta
manera entre nosotros. Hace sólo unos días parecía que habíamos nacido para
estar juntos, pero ahora, busco tu imagen y sólo veo el cielo, las nubes y mi
reflejo distorsionado, mientras tú sigues ahí, en el fondo, y con la mirada en
blanco.
Hasta siento que me observas, casi
como si aquel último acto fuese tu venganza suprema. Aquel día dijiste que
jamás podría borrarte de mi cabeza, que no serías una más, como la otra, y
pensé que alardeabas. Ahora te veo ahí, perdida entre las aguas, y pese a saber
que no tuve la culpa, sé muy bien que en el fondo fui yo, quien te dejó ahí.
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