martes, 17 de abril de 2012

Tu sonrisa

Por más que intento no encontrarme contigo, te veo en todas partes; tu sonrisa me persigue, tu mirada me vigila, tu perfección me aterroriza y tu nombre nubla mi existencia. Ayer te encontré en el supermercado. Donde quiera veía tu cara sonriente, plena y llena de vida.

¡Eres una farsante! Lo sé y lo sabes. Te vendes al mejor postor, te dejas adular, consciente de que son palabras vacías y sin corazón. No te importa si es lo correcto o no, sólo te interesa que paguen por tus servicios, y que al final de cada sesión luzcas cada vez más joven, radiante y hermosa.

            Ocultas tu tristeza y soledad bajo una belleza envidiable, que sin importar lo encantadora y dulce que se vea, me hace llorar. ¿Cuántas personas no habrán soñado con poseerte, besar tus labios, acariciar tu delicada piel, o al menos arrancarte una sonrisa? ¿Pero cuántas veces has vuelto sola y vencida, a una cama que cada vez te parece más amplia, ajena, fría y vacía?

            Veo tu rostro en las revistas de modas, en la portada del suplemento de espectáculos, en el cartel del Banco y hasta anunciando un nuevo dentífrico, que con esa sonrisa como marco, seguramente será todo un éxito. Cada día te ves más bonita, y conforme aumenta la tecnología y mejoran la manipulación de las imágenes, puedes dar por cierto que nadie notará que tu piel ya no es lo que solía, ni que tu mirada ha perdido esa chispa que te hacía lucir “divina”.

No sabes cuánto tiempo más podrás sostener esta farsa, día a día te repites ante el espejo que no lo volverás a hacer, y te planteas miles de proyectos y actividades que te permitan demostrarle al mundo lo que realmente eres capaz. Pero invariablemente, todas esas ideas se escapan por el mismo tubo por el que se va el agua con la que lavas tu cara, y una vez más sales a la calle a hacer lo mismo.

            ¡Te odio! Me enferma tu falsa perfección, me marchita tu sonrisa, y al mismo tiempo siento pena por ti. Porque sé de tu suerte, conozco tu vida mejor que nadie, y porque soy consciente de que sin importar donde vayas o qué es lo que hagas este día, sé que verás en mis ojos el juicio de tu mirada.

Día a día te atormentará mi rostro cansado y vacío en cada rincón, anuncio y revista del aparador. Porque es imposible, por más maquillaje que te pongas, escapar de tu verdadera cara.

4 comentarios: